«La soledad no ayuda al alcohólico». Lo saben bien los que han sido adictos al alcohol y que ahora, a causa del coronavirus, se ven obligados a permanecer en casa, algunos de ellos, sin más compañía que su fuerza de voluntad para vencer la tentación de volver a caer en el pozo.
A ellos, los expertos les aconsejan que no
confundan confinamiento con aislamiento, que huyan de la soledad y echen
mano de las redes sociales, que pueden ser su «salvavidas».
En
el mundo virtual van a encontrar «compañeros de batalla», gente que les
haga compañía, hable con ellos, les escuche y aconseje, señala a Efe Francisco
Pascual, presidente de la Sociedad Científica Española de Estudios
sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías
(Socidrogalcohol).
Este médico advierte de
que «la soledad no es buena» para el adicto y considera que el
confinamiento es más peligroso para los que se acaban de iniciar en la
abstinencia.
«Lo pueden pasar mal», reconoce el doctor Pascual, aunque también cree que podría ser un buen momento para intentarlo.
Desde
Socidrogalcohol, de la que forman parte profesionales de diferentes
ámbitos académicos, están difundiendo vídeos a través de facebook, en
los que dan consejos para prevenir recaídas, que están recibiendo «una
gran cantidad de visitas».
«Nos hemos adelantado a las
llamadas y la gente está muy pendiente de los consejos que les damos,
de saber que estamos ahí, que no están solos en su lucha», precisa.
Otro
de los aspectos que preocupa a los profesionales es el riesgo que el
confinamiento puede entrañar para las personas con síndrome de
abstinencia.
«Siempre hablamos del mono de la heroína o
de los opiáceos, pero no es mortal. En cambio, un 5 por ciento,
aproximadamente, de las personas que sufren el cuadro más grave del
alcoholismo, ‘delirium tremens’, puede fallecer», advierte.
Todas
las unidades de Socidrogalcohol están haciendo un seguimiento
telefónico de los pacientes en tratamiento, a través de llamadas de
médicos, enfermeras y psicólogos cada dos o tres días, y han puesto a su
disposición una línea abierta para que llamen en cualquier momento.
Si
tienen una crisis, los profesionales les dan una serie de pautas
psicológicas, y si hay que ajustarles la medicación lo hacen «online» a
través de la receta electrónica.
El objetivo es que
«pasen el confinamiento lo mejor posible porque es una tentación.
Estamos haciendo de padres entre comillas», apunta Pascual.
Los
expertos destacan también la importancia del apoyo familiar y advierten
del incremento de las discusiones o de los divorcios, sobre todo, entre
los que han empezado hace poco a disminuir el consumo.
También
en la red sanitaria pública se lleva a cabo un apoyo psicoterapéutico
individual «online» y algunas asociaciones están haciendo psicoterapia
de grupo virtual.
Es el caso de Alcohólicos Anónimos,
que han sustituido las reuniones presenciales por chats de WhatsApp,
videollamadas o encuentros a través de skype, zoom, etcétera.
La
declaración del estado de alarma obligó a cerrar los casi 600 grupos
que funcionan en el país y sus participantes tuvieron que enfrentarse a
una situación nueva, extraña, «en la que te vienen las emociones»,
confiesa a Efe Ángel, que lleva nueve años en alcohólicos anónimos, los
mismos que no bebe.
Reconoce que por su edad -ha
cumplido 66 años en confinamiento- era reticente a las nuevas
tecnologías, pero «hemos hecho de la necesidad, virtud, y es maravilloso
estar en contacto con los compañeros, porque si a diario tenemos
dificultades, en estas circunstancias más».
Se ha
creado, incluso, un «grupo universal» a través de skype, que ha llegado a
tener hasta 70 participantes, entre ellos, personas de sudamérica o
españoles que viven en diferentes países.
En
alcohólicos anónimos -explica- «nos recuperamos en la parte emocional. A
mí me llevaba a beber el encontrarme mal, la conmiseración; estos días
hacen que te vengan esos sentimientos y eso te puede llevar a beber. Si
no comparto, estoy más cerca de la copa».
Ángel vive
con su mujer, auxiliar de enfermería, y su hija, farmacéutica; las dos
trabajan en hospitales. «Tienen mucha carga emocional y tú que estas
cerca también. Sentirte mal y poderlo compartir es una maravilla»,
afirma.
Admite que el confinamiento «es fastidiado» y
asegura que en los grupos «virtuales» ha escuchado a personas manifestar
sus dificultades, algunos, incluso, reconocer que han estado a punto de
caer. «A todos les decimos que antes de beber nos llamen».
María
tiene 53 años y lleva más de 20 en Alcohólicos Anónimos, durante los
cuales ha tenido una recaía. Sus hijos están independizados, por lo que
pasa la cuarentena sola en casa.
Tiene muy claro que
«la soledad es algo que, en general, el alcohólico lleva mal. No le
ayuda» y por eso está supliendo la falta de reuniones presenciales con
grupos de WhatsApp o de otras redes sociales.
«Estamos
gestionando seguir con nuestra abstinencia lo mejor que podemos. Son
momentos complicados», señala María, quien asegura que gracias a sus
compañeros se siente «muy arropada» y se está manteniendo bien, aunque
no es así para todos.
«En los grupos de WhatsApp se
comenta que es más difícil mantener la abstención en aislamiento, pero
hay mucho respeto y si alguien recae, se intuye, nunca se pregunta».
El
consumo de bebidas alcohólicas forma parte de la cultura española y
surge el interrogante de si el confinamiento puede aumentar el consumo
de los bebedores sociales que han sustituido el bar por el salón de su
casa.
El doctor Pascual no ve peligro, aunque sí cree
que el consumo global de alcohol puede subir. «Es algo que tendremos que
valorar cuando acabe el confinamiento, pero no creo que ese incremento
repercuta en un consumo problemático del bebedor social».
De
hecho, considera que el aumento de las ventas de bebidas alcohólicas en
los supermercados es proporcional al descenso del consumo en bares y
restaurantes.
(fuente: eldiario.es)