Desde las siete de la mañana, más de medio centenar de voluntarios estuvieron trabajando para tener todo listo para comenzar la carrera: colocar las vallas en la calle, acondicionar el polideportivo, tener lista la guarderías, los servicios y el avituallamiento. Ninguna intersección del recorrido podía estar sin un voluntario que pudiera actuar en caso de necesidad. Dos horas y media de intenso trabajo que culminaban varios meses de preparación y un fin de semana dedicado a entregar los dorsales y preparar las bolsas que recogieron los corredores al terminar.
Este año el más rápido en hacer el recorrido, fue Antonio Perales, con un tiempo de 34:07 y la más rápida de todas fue Jovita Morales con 40:08, superando a Ninfa Quevedo que después de haber ganado los dos últimos años esta vez se quedó con la muy meritoria segunda plaza.
La ilusión en las carreras de barrio es incomparable con la que se vive en otras carreras más profesionales. En este tipo de carreras la gente corre con la familia, entra a la meta con sus hijos en brazos, y se aprecia la emoción de ver superado el reto de terminar la prueba en las mismas calles donde entrenan cada semana.
Después llegó la entrega de premios, llego el turno a los más pequeños. Este año han participado más de 400 niños y niñas que recibieron una camiseta y bolsa de corredor, como los mayores.
Este año hemos cobrado 1 euro por participante infantil que fue donado a la Asociación Duchenne Parent Project, que tienen que recaudar fondos para que investiguen en la curación de esta enfermedad.
Un evento de este tipo sólo es posible gracias a la iniciativa, el trabajo, la colaboración desinteresada y la participación entusiasta de cientos de niños y mayores. También gracias a los colaboradores, la inmensa mayoría pequeños comercios del barrio que una vez más apoyan que exista una actividad para dar relevancia y conocimiento a Butarque.
Hasta el año que viene.
Fuente AVIB