Gente de Villaverde está en los acontecimientos del Distrito al lado de los vecinos. Ahí donde hay un acto importante, mesa oficial, comisión, eventos culturales o reivindicativos, colaborando activamente y siempre desde la independencia, para sumar en favor de sus auténticos protagonistas, los vecinos de Villaverde. Pero también estamos presentes en los esfuerzos silenciosos, los que no destacan y muchos dan por hecho.
El 29 de diciembre, pasamos toda la jornada colaborando con la Parroquia de San Félix, en el programa de reparto de alimentos que gestionan para Cáritas en la zona de Potes/Las Torres/Las Mareas, lugar de Villaverde Alto especialmente sensible en sus necesidades.
Ya a las 10:00 estábamos descargando el camión, que llegó desde el Banco de Alimentos, para el aporte mensual a la ayuda que Cáritas presta a unas 130 familias del entorno de San Félix. Aunque el cupo es de 100, los responsables luchan sin descanso para llegar a todo el que lo necesita, sin que las ayudas se vean reducidas o mermadas. El día empezó bien, porque durante las navidades acuden más voluntarios a colaborar. Imagino que con la tarea que supone la clasificación y distribución de toneladas de alimentos, después del esfuerzo que hicimos, el que tienen que hacer cuando sólo son 4 o 6 voluntarios, haciendo todo este trabajo imprescindible. Y allí, mano a mano, gentes de todas las procedencias y condiciones, unimos nuestros esfuerzos para el bien común. Yo sabía que el ambiente sería bueno, pero mi previsión se quedó corta, porque desde el primer al último minuto, la alegría y el buen rollo, fueron más y mejores de lo que yo creía.
Esto es posible porque los responsables de gestionar y coordinarlo todo, como Jesús o Nines, Maria José y muchos más, llevan décadas implicados en ello, entregando su tiempo libre y esforzándose para que todos den lo mejor de sí mismos. Se nota cómo se contagia ese buen hacer al grupo, cada uno haciendo lo que puede, siempre intentando dar más.
Hijas e hijos adolescentes y más pequeños de algunos de los voluntarios, estaban allí junto a sus amigos, demostrando que los jóvenes de Villaverde conocen la necesidad de otros e implicándose activamente para hacer algo que mejore la situación de los más desfavorecidos, sean quienes sean. Son un ejemplo vivo que hace futuro y que otras actividades del Distrito no logran atraer, aunque es bueno saber que se hacen esfuerzos en este sentido. En Gente de Villaverde estamos empeñados en sumar a los jóvenes en más asuntos que tienen que ver con el bien común de sus vecinos. Por eso merecen que se les nombre, especialmente siempre que se tiene la oportunidad de trabajar codo a codo junto a ellos, de tú a tú. Esta vez acudieron en buen número a la llamada de Cáritas en San Félix.
Por unas horas pudimos comprobar que la ayuda de emergencia directa a quienes más lo necesitan, no sólo es necesaria, es positiva, aunque se necesita aún más, mucho más. También sentimos lo importante que es que quienes ayudan, lo hagan mirando a los ojos mientras les llenan los carros de la compra, que no sea un asunto impersonal y frío, puramente administrativo, distante. Yo personalmente, tuve la oportunidad de hacer entrega de los lotes, de poder felicitar las fiestas y desearles lo mejor para 2017, a quienes no querrían tener que verse en el límite de la necesidad. A lo que estas familias, vecinas mías, en su situación me dieron a cambio, no se le puede poner valor. Todos, sin excepciones, respondieron con una sonrisa, con los corazones aliviados al sentir una mano amiga, alguien que hace lo que puede por colaborar en la mejora de su situación.
Tengo que decirlo - De las colaboraciones en las que participo en Villaverde, esta del reparto de alimentos, ha sido una de las que más me ha aportado, por las buenas sensaciones, por la visión directa de la alegría, frente a la realidad de situaciones tan extremas. También del largo camino que queda por recorrer y lo necesario que es que las administraciones, las personas que ostentan su poder para transformar las leyes, hagan
más justa nuestra sociedad utilizando ese poder más en beneficio de quienes peor lo están pasando.
Lo que es seguro, es que Gente de Villaverde ha hecho nuevos amigos ( algo que hacemos allí donde estamos presentes) y que más allá de credos o creencias, la labor que Cáritas, a través de la Parroquia de San Félix en Villaverde Alto, hace para disminuir las diferencias entre los que tienen algo y los que no tienen nada, es fundamental en entornos como este. Un ejemplo que deberíamos seguir, aunque sea desde otras ópticas, más allá de siglas, discursitos o estériles intenciones, sólo por que es necesario y sin esperar nada a cambio, pero esperando cambiar de verdad las cosas.