Los hechos ocurrieron a las 12.20 de la mañana. La emisora del Cuerpo comenzó a recibir numerosos avisos de ciudadanos que alertaban de que una mujer intentaba precipitarse desde un paso elevado de la Gran Vía de Villaverde. Debajo pasan coches continuamente.
Rápidamente, llegaron las dos primeras patrullas del barrio. Los policías municipales actuaron justo en el momento en que la suicida pretendía arrojarse. Había rebasado la valla de protección y se encontraba sentada en el mismísimo borde del puente.
Según ha podido saber ABC, la idea de autolesión tenía claros visos de ser real. La víctima había ingerido numerosos antidepresivos y media botella de güisqui. Trabajaba haciendo la calle en el polígono Marconi y estaba más que harta de la mala vida a la que se había visto abocada en la zona de prostitución. Además, se encontraba en una fase de «total desprecio por su propia vida», pues acarreaba serios problemas «por su identidad sexual y presentaba, asimismo, un trastorno psicotrópico», indicaron las fuentes consultadas. El Samur la trasladó al Hospital Doce de Octubre.