El equipo sénior femenino de balonmano de este popular barrio de Madrid consiguió ascender por vez primera a la máxima competición a pesar de tener una de las plantillas más jóvenes y de militar tan sólo tres temporadas en la categoría de Plata.
El pasado 29 de mayo el Base Villaverde escribió la página más gloriosa de su reciente historia desde su creación en 1992. Su equipo sénior femenino logró por vez primera el ascenso a División de Honor Femenina. Una auténtica gesta para esta entidad deportiva del popular barrio madrileño que lleva su nombre tras estar tan sólo tres temporadas militando en la categoría de Plata.
Pero con el trabajo de base y la apuesta por el balonmano femenino como bandera, este club disfruta desde hace unos años de los primeros y grandes réditos a consecuencia de su loable filosofía como entidad deportiva. Tres diferentes generaciones de fantásticas jugadoras y el trabajo y la confianza en un mismo cuerpo técnico han posibilitado este enorme logro para un modesto equipo con una de las plantillas más jóvenes de la segunda división de este deporte.
"Esta aventura se inició en el barrio hace veinticinco años con un equipo femenino. Cuando el proyecto creció, comenzamos a trabajar con la base, y gracias a las escuelas deportivas, empezamos a sacar buenas jugadoras, siempre con las chicas por delante de los chicos. Del actual equipo, la mayoría han sido formadas aquí", destaca Jorge Ruiz-Hidalgo, entrenador de este conjunto y de un club que acumula en la última década numerosos campeonatos de Madrid y de España en categoría infantil, cadete o juvenil.
El ascenso a la Liga Loterías para el equipo sénior femenino del Base Villaverde se presentaba más que complicado y se antojaba un auténtico sueño cuando hace tan sólo tres años subieron a División de Honor Plata. Sin embargo, desde la primera temporada demostraron un pasmoso carácter competitivo, acariciando las dos pasadas fases de ascenso al quedarse terceras de grupo. Cumpliendo el refrán y tras una campaña casi perfecta, a la tercera fue la vencida, y en su primera participación para subir a DHF, no dejaron escapar la histórica ocasión, siendo únicamente derrotadas en dos ocasiones por el Bm. La Calzada, la otra escuadra que ascendió de categoría.
"Estuvimos a punto de conseguirlo dos veces. La primera nos quedamos fuera de la fase de ascenso por la diferencia de goles y la segunda, por culpa de las lesiones. Este año sólo perdimos dos partidos en la primera vuelta, y a raíz de la segunda derrota, nos conjuramos plantilla y cuerpo técnico para revertir la situación. A partir de entonces, cedimos un empate nada más y quedamos primeras de grupo", explica Jorge. Esta idea la refuerza una de sus jugadoras más destacadas, Moira Belda: "Tuvimos un bache con Getafe y Murcia, pero estas derrotas fueron un punto de inflexión, y a partir entonces nos comprometimos a cambiar la situación para no echar por la borda todo el trabajo realizado".
Jóvenes aunque sobradamente preparadas
Parece al menos sorprendente la capacidad competitiva de una plantilla con una media de edad que no supera los veinte años, con su capitana, nacida en el 1993, como la más veterana. Pero en el hecho que lleven jugando juntas la gran mayoría desde benjamines radica su mayor fortaleza, convirtiéndose en amigas además de compañeras de equipo. "Uno de los secretos reside en la ambición de mis jugadoras y en que once de las quince del equipo llevan juntan desde hace más de diez años. Las conozco bien, y son muy trabajadoras, capaz de entrenar cuatro días o en doble sesión si se les pide", subraya su técnico, recalcando además que todas ellas están en plena formación y tienen mucho margen de mejora gracias a su talento y calidad.