La pastelería ‘El Bombón de Oro’ está ubicada en la calle Oxígeno de Villaverde y en la Galería San José, de Getafe
♦ En el año 1950, Wenceslao Izquierdo abrió en el número 8 de la calle Oxígeno de Villaverde (Madrid) la pastelería y confitería ‘El Bombón de Oro’. Hoy, este obrador permanece abierto al público adaptado a los nuevos tiempos (en 1992 se reinauguró en un edificio nuevo) y, regentado por los descendientes de su fundador, continúa con la tradición artesanal de esta familia de reposteros, haciéndole meritorio de ser uno de los establecimientos más emblemáticos, no solo por la calidad de los productos que en él se elaboran y se venden, si no por seguir fieles a aquellos que en sus primeros tiempos les hicieron merecedores de su nombre.Nos cuenta su responsable actual, Víctor Molinero Izquierdo, nieto mayor de Wenceslao Izquierdo por vía materna, que fue su abuela, Manuela Álvarez, la que puso nombre a la pastelería con el objeto de que ese apelativo sedujera más a la clientela; y a pesar de que a algunos miembros les pudo parecer exagerado, ahí quedó grabado como ‘El Bombón de Oro’ generación tras generación.
Ahora, ‘El Bombón de Oro’ también tiene despacho en Getafe, concretamente en la galería San José de Calasanz (entrada por la calle Núñez de Balboa). Mantiene, al igual que el de Villaverde, el mismo concepto tradicional, es decir, seguir ofreciendo al público, porque así lo demanda, aquellos productos que han marcado un distintivo propio, aquellos productos ‘de entonces’ y que eran de consumo habitual pero que fueron dejando de elaborarse en otros obradores.
¿Pero cuáles son esas exquisitas maravillas de la repostería que sigue pidiendo la gente? En ‘El Bombón de Oro’ podemos encontrar una galleta con merengue bañada en chocolate, que se conoce como el ‘Negrito’; también las milhojas típicas de esta pastelería, caracterizadas porque «tienen poco hojaldre y mucho huevo» (para golosos, una verdadera delicia…); no falta la Reina de Nata, que es un postre a base de nata con apariencia de corona; como tampoco falta la soletilla, ese bizcocho especial para mojar en chocolate.
A esos productos propios y demandados por los nostálgicos, el establecimiento sirve al público toda la variedad típica de una pastelería al uso, como trenzas, bambas, pepitos, todo tipo de tartas y pasteles, bombones y productos de confitería.