Detenido un joven por robar en siete viviendas de Villaverde
La Policía Nacional ha detenido a un individuo de 19 años como presunto autor del robo en el interior de siete viviendas y un establecimiento comercial en el madrileño distrito de Usera, ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
El arrestado accedía a pisos bajos o primeros de escasa altura aprovechando que tenían la ventana o las terrazas abiertas. Sustraía efectos de pequeño tamaño, y en alguna ocasión, cuando quería obtener objetos más grandes, le daba cobertura una segunda persona que lo esperaba en las proximidades.
La investigación se inició a principios del mes de agosto cuando los agentes tuvieron conocimiento de un aumento de los robos en viviendas, concretamente en el barrio de Villaverde Alto, utilizando para ello el mismo "modus operandi", siempre en horario nocturno y, en alguno de los casos, con los moradores en su interior. En muchas denuncias los perjudicados aportaron rasgos físicos de los presuntos autores, porque lo encontraban dentro de su casa.
La plena identificación del autor del delito se produjo cuando los investigadores establecieron un dispositivo policial en torno a diferentes calles del distrito. A través de la emisora central se daban tres comunicados diferentes a lo largo de luna misma noche en la que se daba cuenta del robo en el interior de dos viviendas y de una frutería. Las características físicas aportadas por los denunciantes sobre los presuntos autores, coincidían plenamente en todos los hechos.
El arresto fue días más tarde. Se le imputan ocho hechos delictivos, aunque no se descarta su participación en alguno más de similar naturaleza. Tras ser puesto a disposición judicial se decretó su ingreso en prisión.
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Atraco Silencioso y fugaz en Villaverde
La Policía Nacional ha detenido a un individuo de 19 años como presunto autor del robo en el interior de siete viviendas y un establecimiento comercial en el madrileño distrito de Usera, ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
El arrestado accedía a pisos bajos o primeros de escasa altura aprovechando que tenían la ventana o las terrazas abiertas. Sustraía efectos de pequeño tamaño, y en alguna ocasión, cuando quería obtener objetos más grandes, le daba cobertura una segunda persona que lo esperaba en las proximidades.
La investigación se inició a principios del mes de agosto cuando los agentes tuvieron conocimiento de un aumento de los robos en viviendas, concretamente en el barrio de Villaverde Alto, utilizando para ello el mismo "modus operandi", siempre en horario nocturno y, en alguno de los casos, con los moradores en su interior. En muchas denuncias los perjudicados aportaron rasgos físicos de los presuntos autores, porque lo encontraban dentro de su casa.
La plena identificación del autor del delito se produjo cuando los investigadores establecieron un dispositivo policial en torno a diferentes calles del distrito. A través de la emisora central se daban tres comunicados diferentes a lo largo de luna misma noche en la que se daba cuenta del robo en el interior de dos viviendas y de una frutería. Las características físicas aportadas por los denunciantes sobre los presuntos autores, coincidían plenamente en todos los hechos.
El arresto fue días más tarde. Se le imputan ocho hechos delictivos, aunque no se descarta su participación en alguno más de similar naturaleza. Tras ser puesto a disposición judicial se decretó su ingreso en prisión.
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Atraco Silencioso y fugaz en Villaverde
Tres hombres han asaltado la oficina de Correos que se encuentra en la calle Real de Pinto, en el distrito de Villaverde. El asalto se ha producido de forma «rápida y silenciosa», tal y como ha relatado a ABC uno de los trabajadores. «Han entrado por sorpresa y cada uno ha saltado por un mostrador; nos han apuntado con una pistola y nos han dicho que nos matarían si nos movíamos»...
Los delincuentes, que llevaban gafas de sol con cristales reflectantes y vestían con cazadoras con el cuello levantado, se llevaron todo el dinero de la oficina. «Todavía no sabemos qué cantidad nos han robado, pero creemos que no ha podido ser mucho», relatan a ABC.
El asalto no ha durado más de tres minutos. Después, los tres individuos han abandonado a la carrera la oficina y, según testigos presenciales, se han subido a un monovolumen azul para huir. «Ha sido un gran susto, pero afortunadamente no hay nadie herido», comentan
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Pelea salvaje en Villaverde
Dos menores se enzarzan en una salvaje pelea en un descampado del distrito de Villaverde. Mientras, un grupo de jóvenes contempla la gresca pero, lejos de evitar que la trifulca vaya a más y de templar los ánimos entre ambas chicas, ellos intensifican los vítores. «¡Dale, dale, dale...! ¡Pégale un puñetazo! ¡Tírala del pelo! ¡Vamos, machácala, estámpala contra el suelo!», corean a voz en grito. Uno de ellos decide grabarlo con el móvil para después compartirlo en Youtube.
Esta peligrosa tendencia entre los jóvenes empezó a crecer en los últimos años. De hecho, un 10 por ciento de los menores madrileños admite utilizar el móvil para grabar peleas y un 11 por ciento lo usa para colgar los vídeos en YouTube.
Así lo advertía ya en 2008 el estudio «La telefonía móvil en la infancia y la adolescencia» realizado por la Universidad Rey Juan Carlos, esta actitud está relacionada con la familiaridad de los jóvenes con las tecnologías y a que formen parte de su vida cotidiana. En este sentido, la mitad de los jóvenes acceden a su primer teléfono móvil entre los 9 y los 10 años.
Delito a partir de los 14 años
Estas acciones que, aunque la inmensa mayoría de los adolescentes desconocen, son imputables como delito a partir de los 14 años. El estudio, presentado en la Asamblea de Madrid, destaca que uno de cada diez jóvenes madrileños utiliza su teléfono para captar peleas y actos vandálicos, mientras que un 27 por ciento de los menores asegura que sus amigos también graba peleas.
En esta línea, el ex Defensor del Menor, Arturo Canalda, indicó que el perfil del chico que hace esto es el de un varón que utiliza el móvil para grabar, gastar bromas, acceder a Internet, que ve contenidos MP4, que considera que sus amigos disfrutan y que tiene un «afán de protagonismo notorio».
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La colonia olvidada del IVIMA en Villaverde
Recuerda Isabel las zonas ajardinadas de la colonia, "los niños correteando por todos lados", los vigilantes que cuidaban del orden y de la magnífica convivencia entre los vecinos. Hace seis meses, sin embargo, a Isabel la atracaron en el portal. Le robaron un anillo, una cadena y la cartera. "Pensé que me pasaba algo, menos mal que un vecino me dio una pastilla para los nervios; fue más el susto que lo que se llevaron", señala la anciana, que ha vivido en sus carnes el deterioro de la colonia hasta un estado "deplorable" y "lamentable", como coinciden todos los vecinos.
Nos adentramos en la colonia con un grupo de residentes. Por el suelo se acumulan desperdicios, latas de refresco, palos de escoba y hasta algún harapo. Las humedades se comen las fachadas. Las alcantarillas están taponadas. Los contadores de muchos de los 28 bloques (480 viviendas) que conforman la urbanización están en pésimas condiciones. En algunos pisos se cuelan los olores de las fosas sépticas mal ejecutadas. Hay baches por donde los ancianos no pueden pasar -"las mujeres mayores se caen"- y varias pancartas colgadas de las fachadas exigen "justicia".
"Es que claro, se trataba de un proyecto experimental, pero en vez de derruir o reformar los bloques como se hizo en otros barrios de Madrid, como en San Fermín, aquí no se ha hecho nada", denuncian los vecinos, que llevan casi una década batallando para que el Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (IVIMA) ejecute la sentencia que le obliga a reformar las viviendas.
Viajemos al pasado. Tras la desaparición de la Obra Sindical, la gestión de las casas se la quedó el Instituto de la Vivienda. Tanto a uno como a otro los vecinos le iban pagando una suerte de alquiler con derecho a compra. En este caso, era conocido como Derecho Diferido a la propiedad. En 1994, el IVIMA sacó a la venta las casas y la mayoría compró después, según los vecinos, de que el organismo "asustara" a las personas mayores diciéndoles que si no compraban "y derribaban el complejo y lo construían de nuevo", igual no se podrían permitir el piso.
En el derecho a la propiedad que consiguieron también constaban como propietarios de las zonas comunes, solares abandonados usados como aparcamientos, donde hace poco el IVIMA puso gravilla y hormigonó unos pocos accesos. Un pobre arreglo para unos descampados "donde la gente aprovecha para venir a arreglar sus coches" y donde ni los jardineros municipales entran a podar los pocos pero frondosos árboles que hay.
"Si es que hasta las aceras las hemos pagado nosotros", se quejan los residentes, que inciden en que hay "nula seguridad" en la colonia, fomentada incluso por el organismo de la Vivienda del Gobierno madrileño, que permite que haya numerosos okupas en casas de la urbanización que todavía gestionan ellos (en total 48). "El IVIMA debe la comunidad de varios portales", insisten los vecinos, que han tenido numerosas reuniones con los diferentes gerentes del organismo con pobre resultado. "Si es que casi ni vienen a limpiar la colonia, sólo una vez al mes".
Ante tal situación, un grupo amplio de vecinos decidió demandar al IVIMA por venderles una casa prácticamente en ruinas. En primera instancia perdieron pero ocho de ellos recurrieron al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Y ganaron. En el fallo, fechado el 27 de junio de 2005, el Alto Tribunal condena a la Administración a realizar las obras de reparación "de las deficiencias existentes en las viviendas de los demandantes así como las deficiencias existentes en el edificio en que se ubican dichas viviendas y en la urbanización que se encuentran".
Casi diez años después, de las siete viviendas y bloques sólo se ha arreglado uno, en el número 5 de calle Gualaviar. El contraste con el bloque contiguo es evidente. Uno parece un inmueble de un barrio residencial estandard, el otro parece de las 3.000 viviendas de Sevilla. Tras la victoria, los vecinos siguieron demandando pero la Comunidad de Madrid hace oídos sordos y sigue sin cumplir las sentencias. "Nos dicen que no hay dinero", comentan los vecinos, que preparan movilizaciones para septiembre.
La triste situación afecta también a nuevos inquilinos, como Emilio, que compró la casa por 52.000 euros a un banco, que antes la había embargado, y se pensaba que aquello era una ganga. Pero no sabía lo que le esperaba. Se dejó el dinero en reformar la casa entera, y no han tardado en aparecer las grietas, ni en sufrir los malos olores de la fosa séptica que se cuelan en su casa, ni las humedades... "Si es que por las humedades han aparecido hasta cucarachas", explica con la insatisfacción marcada en el rostro. "Si lo sé no la hubiera comprado en mi vida", dice.