El siniestro se produjo antes de la medianoche cuando
una explosión derribó los tabiques
del salón de la vivienda, en la que se tuvo lugar. Debido a que uno de
estos tabiques era limítrofe con una segunda vivienda, cayeron hacia
ella los cascotes. Además, en este segundo inmueble que
resultó dañado por la explosión, reside una mujer de 89 años que,
en aquel momento, se encontraba durmiendo por lo que ha resultado ilesa,
al igual que el inquilino de la vivienda en la que se ha producido la
explosión.
Sin embargo, parte de la fachada de la vivienda siniestrada, un primer piso, cayó a la calle, invadiendo los cascotes y
cristales la vía pública. El desplome afectó a
tres vehículos que han sufrido rotura de lunas y abolladuras. Así, los
Bomberos del Ayuntamiento han tenido que sanear todos los escombros y
comprobar que no había daños estructurales en el edificio.
Por su parte, el Samur ha atendido a tres personas: el dueño de la vivienda siniestrada, que ha resultado ileso; y a dos vecinas de 89 y 87 años que presentaban crisis de ansiedad, que han recibido el alta en el propio lugar. Finalmente, aunque el Samur Social se ha ofrecido a realojar a la mujer de 89 años, cuya vivienda ha resultado dañada por la explosión, ésta ha rehusado abandonar el inmueble y se ha trasladado a la vivienda de la otra vecina.
Por su parte, el Samur ha atendido a tres personas: el dueño de la vivienda siniestrada, que ha resultado ileso; y a dos vecinas de 89 y 87 años que presentaban crisis de ansiedad, que han recibido el alta en el propio lugar. Finalmente, aunque el Samur Social se ha ofrecido a realojar a la mujer de 89 años, cuya vivienda ha resultado dañada por la explosión, ésta ha rehusado abandonar el inmueble y se ha trasladado a la vivienda de la otra vecina.