Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Iker Casillas o Andrés Iniesta. Cuando uno lee estos nombres sabe que hacen referencia a genios del balón, a campeones del Mundo y de Europa. A ídolos de miles de niños que sueñan que ser como ese futbolista que adorna las paredes de su habitación. Muchos de ellos no tienen suficiente con revivir en el recreo los mejores partidos que han visto en la televisión y emplean la mayor parte de sus tardes y días libres en practicar el deporte que tanto les gusta. Otros tantos se dieron cuenta que para ser Cristiano o Messi tienen que tener un don pero decidieron seguir jugando al fútbol a otro nivel. Mayores y pequeños comparten una pasión que está en peligro por las fuertes subidas que ha aplicado el Ayuntamiento de Madrid. Ana Botella ha convertido el fútbol base de la capital en un lujo y la 'fuga' de jugadores a las localidades cercanas puede ser real en unos meses.
El real decreto ley 20/2012 del Gobierno sube de un 8% a un 21% el porcentaje de los precios de los gimnasios y polideportivos municipales que reciben la visita diaria de 77.000 usuarios; la subida de 2011 a 2012 fue del 3%. El fútbol base de la capital es una de las víctimas de este aumento. Tal y como informa Futmadrid, los jugadores sénior experimentarán un incremento del 50% mientras que los aficionados pueden llegar al 62% y los juveniles al 100%. En plena crisis, jugar al fútbol se está convirtiendo en un lujo que no está al alcance de muchas familias. Ana Botella no ayuda con sus declaraciones: “Los precios públicos se van a acabar adaptando al precio real porque consideramos que hay una serie de cuestiones que en una situación como la que estamos, de crisis, solamente podrán acceder aquellos que se lo puedan pagar”.
Y no todos pueden por lo que muchas escuelas y equipos ya están buscando soluciones para regatear esta fuerte subida que en La Elipa, como informa Futmadrid, puede pasar de 2.000 euros anuales a 3.200, una cifra que incluye dos entrenamientos semanales, el partido del fin de semana y las tarjetas de cada jugador... teniendo en cuenta que además hay que pagar a los árbitros por añadir un gasto más. Insalvable para equipos de fútbol aficionados. Más al sur de la capital, en Villaverde, encontramos el Polideportivo Oroquieta donde una temporada de 17 partidos cuesta 1.500 euros (90 por encuentro).
Cambiar Villaverde por Getafe
En esas instalaciones se entrena el equipo Ciudad de los Ángeles que ya se plantea salir de la capital para evitar el incremento impuesto por Ana Botella que, en su caso, es del 77% con respecto a los últimos tres años. Uno de los integrantes comenta a El Confidencial que la opción que barajan es trasladar los entrenamientos y la sede del equipo a Perales del Río (Getafe), a diez minutos en coche de la Oroquieta donde “un mes cuesta lo mismo que nueve en Perales”. La razón tiene suficiente peso pero también supone dejar atrás el campo de fútbol del barrio donde llevan diez años, desde la fundación del equipo cuyo presupuesto es 10.000 euros que logran con la colaboración de algunos bares y comercios, la lotería de Navidad, alguna fiesta y lo que ponen los propios integrantes del equipo de los cuales algunos no tienen trabajo por lo que no podrían afrontar un pago de 300 euros por jugar al fútbol.
En la temporada 2010/2011 pagaban 1844 euros por usar las instalaciones municipales. Ahora deberían abonar 3293 por jugar los domingos y entrenar tres horas a la semana de las cuales una era un 'regalo' que también ha desaparecido. A esa cifra hay que añadir las tarjetas anuales de 25 personas, el fisioterapeuta o el suplemento de luz y el de mantenimiento del césped. La subida supondría que la financiación se convirtiese en una misión imposible.
El fútbol base
El fútbol base también se resiente. Las escuelas de fútbol se van a ver obligadas a subir las cuotas que pagan los niños que están en una media de 350 euros: por ejemplo la cuota del Racing Villaverde está en 180 mientras que la del Canillas está 870. Algunos de los equipos que forman parte del Racing Villaverde también emplean las instalaciones de la Oroquieta y si deciden permanecer allí, se verán obligados a subir las cuotas de los más pequeños de la casa poniendo en peligro la permanencia de los niños en el club. Otras escuelas de la capital están condenadas a desaparecer porque como ha dicho la alcaldesa de Madrid “solamente podrán acceder aquellos que se lo puedan pagar”.