La mujer acusada de apuñalar a su pareja en el distrito de Villaverde en 2011 ha reconocido hoy los hechos y ha aceptado hoy una pena de cuatro años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de parentesco y la eximente incompleta de anomalía psíquica.
La procesada también ha mostrado su conformidad con una medida de seguridad de cinco años de libertad vigilada, que consistirá en la obligación de someterse a un control médico de forma periódica, una vez cumplida la pena.
En el juicio celebrado en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Madrid, la Fiscalía ha rebajado de catorce años a cuatro años de prisión la pena que solicitaba para Lucía V.J. por un delito de asesinato en grado de tentativa.
Durante la sesión, la forense que examinó a la acusada ha explicado que en el momento de los hechos la mujer presentaba una esquizofrenia paranoide y actuó llevada por las alucinaciones propias de "un brote psicótico", que afectó de manera importante a sus capacidades cognitivas y volitivas.
Según el Ministerio Público, los hechos ocurrieron el 29 de junio de 2011 cuando la acusada coincidió en las inmediaciones de la calle Afluentes, en las proximidades de su domicilio, con su pareja, Antonio E.P.
Allí, Lucía le asestó a Antonio "de manera sorpresiva" dos puñaladas por la espalda, a la altura de cada omoplato, produciéndole dos heridas incisas.
Antonio necesitó 36 días para su curación, de los cuales seis permaneció ingresado en el Hospital Doce de Octubre.
El perjudicado, que sigue siendo la pareja de Lucía, con quien tiene tres hijos -el último nació hace veinte días-, ha renunciado a toda acción civil o penal que pudiera corresponderle.
En el momento de los hechos, la acusada presentaba una esquizofrenia paranoide, caracterizada por ideas delirantes y alucinaciones auditivas, con trastorno límite de la personalidad, definido por la inestabilidad.
Estos trastornos afectaban a sus capacidades volitivas y cognitivas, sin llegar a anularlas, puesto que conserva la inteligencia sin deterioro, no pierde la lógica para otros asuntos y en ocasiones la disfunción no resulta muy acusada ni apreciable para los demás.
La procesada se encuentra en prisión provisional por estos hechos desde el 1 de julio de 2011.
