En el año 1996 se constituye legalmente nuestra asociación, con un primer presidente llamado Antonio, ayudado por una gran mujer, su esposa Pilar, que nos marcó una meta: salir del mundo del alcohol, que nos estaba haciendo daño e impedía que nuestra vida individual y familiar fuera feliz. Él nunca quiso saber de cuentas ni de dinero, no sabía cómo había que gestionar la Asociación —se lo encargaba a otros—, pero sí sabía conducirnos por buen camino, y nos enseñó muchas cosas.
Yo iba con gran ilusión a las terapias acompañado siempre de mi mujer. Se hablaba, se discutía y se tomaban éstas muy seriamente. Salíamos de allí con energía, afrontando con ilusión una vida llena de intereses comunes. No había reparos a la hora de decir las cosas con claridad y sinceridad. Todo el mundo hablaba, expresaba sus inquietudes… Éramos unas 20 personas cada día de terapia. A lo largo de los años pasamos por distintos locales, hasta aterrizar en el que estamos actualmente, propiedad del IVIMA, donde soportamos un alquiler muy elevado para nuestras posibilidades. Con el tiempo, mi mujer y yo nos fuimos mentalizando de que todo esto era real, de que indudablemente era un problema grave del que había que salir sin más dilación. Llevo ya 17 años, al igual que otros compañeros que continúan en la lucha, y no nos arrepentimos del esfuerzo que hicimos y hacemos en pos de una vida mejor, activa e ilusionante… Y nos place enormemente ayudar a los demás, dar a conocer a todos cuantos sufren este mal que esto no es imposible, que el alcohol se puede dejar perfectamente, sin traumas ni problemas.
Ayudas
Desde siempre, la Asociación se ha financiado con las ayudas que concede el Ayuntamiento y las subvenciones de la Agencia Antidroga, que pasan a través de la Federación de las Asociaciones de la Comunidad de Madrid, quien las distribuye a su vez a las asociaciones. En la actualidad, estas ayudas se van a ver mermadas por la crisis, y si ya teníamos problemas de financiación, a lo largo de este año nos veremos en una tesitura bastante negativa. El Estado merma las ayudas donde más necesidad hay. Queremos hacer una llamada a las entidades públicas para que sean conscientes del problema que existe y que es obligación de ellas asumir, aunque las asociaciones cumplimos ese cometido con dedicación e ilusión.
Murió nuestro primer presidente, Antonio, de un cáncer. Le sucedió Pedro, gran amigo y gran luchador. Tomó las riendas de la Asociación y la mantuvo viva y plena de sentido, entregándose con ardor y entusiasmo. Le recuerdo muy activo y pendiente de que todo fuese bien. Se sentía ya enfermo, y me comentaba que yo tendría que sucederle. Yo le contestaba: “no te preocupes, que tú tienes que seguir adelante con lo que te has propuesto”. Falleció también por cáncer. Es como si esta maldita enfermedad se cebara sobre ciertas personas buenas que hacen falta en el mundo.
A mejor
La Asociación ha ido evolucionando, sin duda, a mejor en todo. Continúa la labor de acuerdo a nuestros tiempos y a las necesidades actuales. Poco a poco, a través de los medios que hoy tenemos —web, publicidad y otros—, parece que la iniciativa se va extendiendo. Somos ahora muchos los que componemos la Asociación —unos 60—, y a nuestras terapias asiste una media de 15 a 20 personas que necesitan ayuda. Y, como en todas las cosas, unos vienen y van y otros nos quedamos. Lamento de verdad por aquellos que se han ido sin decir nada y no han vuelto: no han venido convencidos. Piensan que están curados o que las terapias no les ayudan. No saben que la ayuda debe partir de ellos mismos en primer lugar. La Asociación no es ninguna entidad de consulta médica o psicológica, ni una escuela de formación para saber beber. Tampoco un lugar donde se obren milagros o se receten medicinas que acaben con el problema. Lamentablemente, esto es una labor indefinida, intensa y costosa. Uno debe obrar por el mayor interés entre varios. Supone dolor y sufrimiento, pero se consigue. La fuerza de voluntad es un elemento insustituible sin el cual no se puede alcanzar nada.
Celebramos dos veces al año nuestras jornadas, y cada año renovamos el número de personas que quieren colaborar directamente en la buena marcha de la Asociación, creando una Junta Directiva que vela por ello. La labor de hacerla resurgir una y otra vez es de todos. Las subvenciones van a ser escasas este año. La ilusión es mucha, el trabajo ilusionante y los que estamos queremos seguir rehabilitándonos… Pero, ¿cómo? Imagino que muchos de nosotros tendremos respuestas varias, y yo una: seguir adelante… Contamos con gente que nos ayuda: el doctor Rubio; Amelia, psicóloga, voluntariosa y con mucha ilusión por echarnos una mano, preparada para esta misión; los miembros de la Junta Directiva: Fernando, Jesús, Floren, Juan y un servidor, que tratamos de que esto no se pierda; los miembros vocales, que son ya casi todos y son los que mantienen la bandera de la Asociación. Lo demás, ya veremos…
Sobre nuestras cabezas se cierne el peligro de que tengamos que disolver la Asociación por falta de medios. Tal cual están las cosas, parece como si quisieran borrarnos del mapa porque no interesamos. No tendremos para pagar el alquiler del local, no tendremos para subvencionar la publicidad, pero contamos con nuestra ilusión y nuestro deseo de seguir adelante. Afrontemos todos conjuntamente la situación que se nos viene encima y veamos qué solución podemos dar. Una de ellas sería que, al menos, nos dejasen seguir en el local. Hemos solicitado una entrevista al IVIMA para que nos reduzca la cuota o nos lo ceda gratuitamente. No nos han contestado hasta ahora.
Y aquí estamos, tratando de llamar la atención de los medios que conocemos para que nos echen una mano y ampliemos el radio de acción por todo el distrito. Es necesario que nos conozcan para poder ayudar a salir de este problema del alcohol a quien lo necesite. Continuemos la labor extensiva.
FERNANDO – PRESIDENTE DE ARVIL
Fuente: Periódico Distrito de Villaverde
