La Cabalgata Popular de Butarque-Villaverde fue todo un ejemplo de participación ciudadana. No sólo por su parte organizativa, donde en poco más de un mes los vecinos y comerciantes del barrio fueron capaces de sacarla adelante, sino también por la enorme cantidad de gente que abarrotó todo el recorrido de los Reyes Magos.
No fue un día fácil. Desde por la mañana hubo que finalizar las carrozas, el estrado de los reyes y todos los preparativos de última hora. Afortunadamente, el “equipo técnico” era formidable y pudieron tenerlo todo casi a tiempo.
Porque los Reyes Magos llegaron a la puerta del Ausiàs March con media hora de retraso. Los niños y niñas esperaban impacientes, pero ya se sabe, las grandes personalidades siempre se hacen de rogar. Iban acompañados por sus respectivos pajes y con una decena de niños y niñas que pudieron acompañarles en su carroza.
Una estrella luminosa encabezaba el recorrido y guiaba la comitiva, y no se trataba de una estrella cualquiera, ya que esa misma mañana había sido portada de periódico.
A continuación, una carroza preparada por vecinos del barrio y ChichoPark que comenzaron a repartir los primeros caramelos y a impacientar a los niños que intuían la inmediata llegada de los Reyes Magos.
Una incansable charanga amenizaba el pasacalles acompañada de dos estupendas bailarinas de danza del vientre, que no pararon de mover sus caderas durante las más de dos horas de recorrido, y de personajes como Micky, Minie, Pinocho y Bob Esponja, que no quisieron perderse la Cabalgata Popular.
Como suele ser costumbre, Melchor encabezaba la comitiva real. Iba montado en una carroza que reivindicaba el polideportivo que el barrio necesita y por ello estaba adornada con una canasta de baloncesto, una portería, raquetas y pelotas. Vamos, todas las instalaciones deportivas que permitirían a los vecinos del barrio contar con un equipamiento deportivo digno. El pasacalles de Melchor, como no podía ser de otra manera, estaba formado por nuestros pequeños deportistas, los niños y entrenadores de la Escuela de Fútbol del Racing Villaverde.
A continuación llegaba Gaspar, montado en un camión convertido en instituto, simbolizando los equipamientos educativos y culturales que el barrio necesita (la finalización del Ausias March, el Instituto, biblioteca,…). Detrás de él iban un montón de niños vestidos de angelitos y que procedían del AMPA del Colegio Europa, que junto a la del Ausias March fueron las dos asociaciones de padres y madres colaboradoras.
La carroza de Baltasar era el centro de salud que la Comunidad de Madrid lleva prometiendo desde hace años y que nunca empieza a construirse. De esta forma, los tres Reyes Magos se solidarizaban con las principales necesidades de los vecinos de Butarque, reivindicando desde sus tronos la construcción de los equipamientos.
Cerraba la comitiva un camión decorado con los logos de todos los comercios colaboradores y con la carta donde los vecinos expresaban sus deseos para el barrio en este año 2012.
Todo el recorrido estaba lleno de gente. Mucha más de la que se podía ni siquiera imaginar hace apenas un mes cuando se empezaba a darle forma a esta fiesta.
Fue realmente emocionante llegar a la Renfe de Villaverde Bajo y ver a miles de personas abarrotando cada uno de los espacios libres, desde la acera, las escaleras mecánicas y terminando por la Gran Vía de Villaverde que parecía el Paseo de la Castellana. En este punto, todos los vecinos abuchearon a la Junta Municipal de Villaverde por haber puesto trabas a esta celebración y al Concejal del distrito que a esa hora estaba subido en una carroza del centro de Madrid ignorando y olvidando a los vecinos que se supone que representa.
Porque aunque la Junta Municipal alegaba que no tenía medios, la Cabalgata Popular estuvo acompañada por decenas de policías municipales que tuvieron controlados todos los accesos para que el tráfico no entorpeciera a la comitiva. También los servicios de limpieza, que tras el paso de los reyes iban dejando todo como estaba. Por tanto, no era un problema de medios, era un problema de voluntad política.
Pero los vecinos demostraron que sin ayuda del Ayuntamiento era posible hacer una gran Cabalgata, modesta, pero llena de ilusión y alegría. La calle Berrocal era una auténtica fiesta, gracias a la gente y al escenario que un vecino montó de manera totalmente gratuita para que los niños pudieran entregar sus cartas a los reyes.
Sus majestades tuvieron serios problemas para acceder a sus tronos por la enorme cantidad de gente que llevaba esperando durante varias horas su llegada. Aquí los vecinos volvieron a dar todo un ejemplo de organización y al poco tiempo los reyes pudieron recibir a todos los niños presentes.
Chocolate, churros, música, fiesta,… el mejor final para una jornada que para mucha gente fue muy especial.
Desde AVIB sabemos que muchas cosas podrían haber salido mejor, que hemos podido cometer muchos errores, que seguro que con más tiempo todo hubiera sido diferente,… pero lo que es seguro es que se ha hecho todo con la mejor voluntad, con el único apoyo de los vecinos y comerciantes que han sacrificado su dinero, su tiempo libre y su trabajo, dando todo un ejemplo de lo que es posible hacer con la solidaridad y la unión de la gente. Si en poco más de un mes se ha podido organizar algo así, queda claro que en nuestra mano está poder conseguir grandes cosas que consigan que nuestro barrio cuente, alguna vez, con todos los servicios y equipamientos.
Como ha quedado claro, nadie nos va ayudar (sino todo lo contrario), pero tenemos la fuerza para conseguir cualquier cosa que nos propongamos.
Entre tod@s hacemos un barrio y por eso os esperamos en vuestra asociación de vecin@s.