Una cuota de 200 euros a la semana es lo que tenía que ingresar cada una de las 40 mujeres que estaban bajo el control de una organización de proxenetas desarticulada ahora por la policía. El polígono de Marconi (Villaverde), la Casa de Campo y Alcalá de Henares eran los lugares donde la banda hacía trabajar a sus víctimas. Tres de los miembros más activos de la red (el jefe, su lugarteniente y otro integrante) han ingresado en prisión, según informó ayer la Dirección General de la Policía.
Las investigaciones comenzaron el pasado agosto gracias a que unas mujeres rumanas denunciaron que varios compatriotas las obligaban a pagar 200 euros por ejercer la prostitución. Con esta actividad, el grupo lograba unos ingresos de unos 35.000 euros. En cuanto recaudaban el dinero se marchaban a tiendas de lujo en las que adquirían productos que pagaban en efectivo. En total, hay seis detenidos.