Vecinos de Villaverde Alto critican que pizzeros y otras empresas de reparto a domicilio no llegan a sus casas porque consideran que el barrio es "inseguro" y temen sufrir atracos, por lo que sus residentes se sienten "discriminados" respecto al resto de la capital.
Es una situación que se repite desde hace varios años. "Desde hace mucho tiempo no viene nadie del Telepizza, por ejemplo, porque les roban las motos o la comida", señala Mario, un vecino de Villaverde Alto. Tras varios años de robos, la compañía decidió no acudir a determinadas zonas. Muchos de sus trabajadores volvían sin las motos, que en muchos casos acababan rotas, accidentadas o quemadas en cualquier descampado.
Los residentes en estas 'calles negras' se quejan de que la única posibilidad de que les lleven una pizza recién hecha es quedar con los repartidores en la Plaza del Ayuntamiento, ya que enfrente está situada una comisaría. "No me merece la pena andar 15 minutos desde mi casa, y menos a ciertas horas de la noche, con la poca iluminación que hay. No me arriesgo", apuntó Mario.
Y es que, por lo que comentan los residentes de este barrio, los únicos comerciantes que se atreven a llevar la comida a domicilio son los chinos. "Pero vienen con cuchillos por si les intentan robar", advirte. Eso sí, los funcionarios de Correos hacen su trabajo correctamente, apuntan.
Otras empresas, como las de entrega rápida o de eletrodomésticos, descargan a determinadas horas del día y casi vacíos. "Hace unos meses vino un camión a repartir unas televisiones nuevas de ésas de la TDT y se las robaron todas. Los de los encargos por fascículos, ni lo intentan. Te dicen que no. Y los de Carrefour vienen con varias personas para que mientras unos suben la compra, otros vigilan la furgoneta", señala.
Taxistas preocupados
Los taxis son otro de los servicios con problemas. Según relatan otros vecinos, algunos taxistas se niegan a llevarles por la noche porque han sufrido algún atraco o, lo que es más común, se marchan del taxi corriendo sin pagar. "Si vas con tu familia o niños pequeños si te llevan, pero como vayas solo a veces no quieren ir a determinadas zonas".
Una de esas zonas que comenta Mario, aunque muy pocos quieren nombrar claramente, es la de las Torres de Villaverde Alto. Explica que allí existe un descampado cercano que se ha convertido en un foco de delincuencia donde los ladrones queman los coches utilizados en los 'alunizajes', una actividad en caída libre en los últimos años tras la detención de la mayoría de grupos madrileños especializados.
De hecho, las bandas desarticuladas de aluniceros, conocidas como 'lunnis' en la jerga policial, como las del Niño Saez, El Tony o El Isma tenían su base de operaciones en el distrito. Tras sus huellas, sus seguidores organizan por la noche persecuciones y carreras que despiertan a los vecinos. "Cada dos por tres está aquí el helicóptero de la Policía. Sin embargo la gente ve, oye y calla para que no le salpique nada", señaló la misma fuente.
Otros puntos de delincuencia de la zona son el pequeño menudeo de drogas o las 'tiendas caseras' donde se venden productos de marca previamente robados a un precio muy ventajosos, aparte del foco de la prostitución y todo lo que ello conlleva en la cercana colonia Marconi.
Menos delitos y faltas
A pesar de esta sensación de inseguridad, las estadísticas reflejan que los delitos han descendido en el distrito. Así, el último Consejo de Seguridad de Villaverde, celebrado en febrero, representantes de la Policía Nacional, Municipal y Delegación del Gobierno se mostraron satisfechos por los resultados: menos delitos y faltas, descenso de las agresiones y de las intervenciones que tienen que ver con el patrimonio.
Aunque fuentes policiales reconocieron que la eficacia policial ha aumentado un 20% en el distrito, los agentes saben que la comisaría de Usera y Villaverde es la que más carga de trabajo soporta, superando claramente a otras como Centro, Vallecas o Carabanchel.
No obstante, los portavoces de las asociaciones vecinales participantes en el Consejo de Seguridad reclamaron que se vigilara más para terminar con los robos a los mayores cuando van a cobrar la pensión, la 'okupación' de viviendas, los focos de botellón, las hogueras de la calle Burjasot o el tráfico de drogas.
"Antes había muchos poblados chaboleros y el trasiego de toxicómanos era frecuente. Pero todavía queda mucho por hacer", reconoció un portavoz. Ahora sus preocupaciones son otras, pero no por ello menores, como el robo de ruedas de coche en determinadas calles, las reyertas de bandas latinas, las peleas a altas horas de la madrugada o las redadas en las Torres.
Fuente: El Mundo