El candado roto y cientos de botellas en el suelo es lo que se encontró la dirección del centro de Educación de Adultos al regresar tras algo más de un mes de vacaciones.
La directora del centro de Educación de Adultos Los Rosales –en la calle de Concepción de la Oliva–, María Antonia, se llevó una desagradable sorpresa el martes por la mañana, cuando volvían a abrir las puertas del centro para el nuevo curso. “El centro llevaba cerrado desde mediados de julio y cuando he llegado el candado estaba roto y en el patio había restos de botellón, por lo menos unas 200 botellas”.
Aunque lo que más preocupa a la directora y los empleados del centro es que no es la primera vez que les ocurre algo similar. “Nos han roto el candado montones de veces, nos han roto cristales, a veces ponen silicona para obstruir la cerradura, hacen pintadas... hemos llevado ya muchas denuncias a la policía y conocen esta situación”.
Precisamente a la policía fue la primera llamada que hizo María Antonia cuando llegó al centro y se encontró el candado reventado. “Han venido y nos han dicho que harán un informe, que es lo único que pueden hacer”. Aunque para ella lo que hace falta es más vigilancia. “Hay una ley que prohíbe el botellón y en este caso, además, están invadiendo una propiedad privada. Es una situación de indefensión, si la policía pasara por aquí a las horas del botellón se acabaría con el problema”.
Colaboración
Con el centro cerrado los fines de semana, días estrella para estas concentraciones, la directora ha pedido la colaboración de los vecinos. “Si ven algo raro en las noches de los fines de semana, que llamen a la policía”.
No obstante, desde la Unidad Integral de Policía Local del distrito aseguran que harán lo que puedan. “Hemos estado allí y ahora vamos a hacer un seguimiento, que es lo único que se puede hacer”.
Aunque lo que más preocupa a la directora y los empleados del centro es que no es la primera vez que les ocurre algo similar. “Nos han roto el candado montones de veces, nos han roto cristales, a veces ponen silicona para obstruir la cerradura, hacen pintadas... hemos llevado ya muchas denuncias a la policía y conocen esta situación”.
Precisamente a la policía fue la primera llamada que hizo María Antonia cuando llegó al centro y se encontró el candado reventado. “Han venido y nos han dicho que harán un informe, que es lo único que pueden hacer”. Aunque para ella lo que hace falta es más vigilancia. “Hay una ley que prohíbe el botellón y en este caso, además, están invadiendo una propiedad privada. Es una situación de indefensión, si la policía pasara por aquí a las horas del botellón se acabaría con el problema”.
Colaboración
Con el centro cerrado los fines de semana, días estrella para estas concentraciones, la directora ha pedido la colaboración de los vecinos. “Si ven algo raro en las noches de los fines de semana, que llamen a la policía”.
No obstante, desde la Unidad Integral de Policía Local del distrito aseguran que harán lo que puedan. “Hemos estado allí y ahora vamos a hacer un seguimiento, que es lo único que se puede hacer”.
- Contra la ley
Las empleadas de la limpieza del centro de Educación de Adultos Los Rosales tuvieron que recoger los restos de ‘botellón’. Decenas de botellas consumidas en el patio durante el mes y medio
